
Revelación Ambivalente
Antes de mostrar el resultado final de la práctica, me gustaría plantear qué intención he pretendido llevar a cabo con la pintura de esta actividad.
En el enunciado se especificaba que se debía realizarse teniendo el referente al natural. Esto me llevaba a pensar en la “naturaleza muerta”, que como dice Pepper («Manual del Artista», 2021, p.162) es “un término […] que proviene de la palabra neerlandesa stilleven, que describe una composición de objetos inanimados”. Como si de un primer eslabón se tratara, me hizo pensar en “jugar” con la “inanimación”.
¿Y si lo que muestro también está vivo?
Vivo y muerto a la vez.
Como cuando una niña ve a un ilusionista es como me siento cuando me cuentan temas sobre la física cuántica: no sé como han llegado a esa conclusión, ni tengo ni idea de física; pero las conclusiones alcanzadas, siempre me producen una admiración total, ya sea por la teoría como por lo que somos/suponemos en el universo.
Al hilo de todo ello, estar entre lo real-ficticio o vivo-no vivo, me parecía una forma interesante y estimulante de abordar esta práctica. Teniendo en cuenta que a nivel cuántico, el universo es indefinido, así como efímero; me fascina. Como dice Casas en su artículo (2024), el tiempo es una ilusión. Por lo tanto, “el aquí y el ahora” son tan indeterminados como la naturaleza del átomo. Al final, lo más estable son las partículas elementales de las que estamos hechos. Todo lo demás, es fluctuante, fugaz o indefinible —al menos hasta el momento—.
Quizá toda esta cavilación tenga que ver con aquella raíz nihilista que me brotó en la adolescencia. Pero lejos de estancarse en esa negación absoluta, he ido evolucionando a ese nihilismo moderno en el que la realidad en sí misma solo puede ser objeto de las ciencias naturales. En resumidas cuentas, nuestros sentidos nunca revelan la realidad tal y como es porque están sujetos a otros condicionantes —inherentes a cada individuo— que la transforman o la enmascaran (Gabriel, 2020).
Así pues, vemos lo que queremos ver. Juzgamos según nuestra educación, experiencia y traumas. Somos reflejo de aquello a que aspiramos ser; o incluso, de lo que detestamos. Somos espejo para quienes nos toman como referente vital. Llevamos carga, así como responsabilidad y deseo. Somos continente de hormonas, conexiones, minidescargas eléctricas; somos quimera, ilusión y fatiga; y después de todo, somos nada.

Proceso creativo:
Detalles:
La práctica final del Taller de pintura y color ha sido ponerme ante el espejo en varios sentidos. Uno de forma literal y otra metafórica.
Nunca había pintado un óleo al natural y mucho menos un autorretrato. Ponerme ante el espejo, estudiarme en movimiento, conocer bien mis pliegues mientras me escudriño mis propias imperfecciones… Ha sido catártico. Sé que quizá ha sido una proposición de referente bastante ambiciosa, pero me guié por el concepto que quería plasmar, vivo-no vivo; sino, no tendría sentido. Me he dado cuenta, que cuando tengo una idea, priorizo el mensaje más que los medios o las formas. Eso tiene una doble cara; pero que inherentemente me impone un aprendizaje continúo, y lo agradezco.
Ha sido estimulante el concretar el referente, tener en cuenta las condiciones ambientales que interferían en el reflejo y cómo debía plasmarlo sobre el lienzo. Repasar detalles una vez terminado, porque ves que cuando estás sumergida en la pintura, hay cosas que se te escapan porque pintas para acercarte al concepto, es lo que te importa. Después, en frío, detallas para que al código no le falte ni una coma.
Mirarme al espejo en sentido metafórico significa ver qué es lo que no hacía bien o qué podía mejorar, examinarme, analizarme para aprender. Es como cuando empiezas a ir al gimnasio y al día siguiente te duelen hasta las pestañas, tienes agujetas. A medida que vas ejercitando el músculo, se va tonificando y ya no tienes tanta molestia. Algo así sería el reaprender en el óleo. He incorporado muchas novedades en mi forma de hacer que supondrán un esfuerzo consciente para aprehenderlas; pero una vez lo haga, habré alcanzado lo óptimo.
El título de la obra, “Revelación ambivalente”, viene dado por lo que he estado comentando anteriormente y por la conceptualización que le di a la obra antes de concretarla: la materia como algo indeterminado, que es y no es a la vez, somos Partículas elementales como diría Houllebecq1 .
1Michel Houllebecq (1999) Partículas Elementales. Editorial: Anagrama. ISBN:978-84-339-6895-1 . Es mi libro favorito y que leí en la adolescencia. Es el primer eslabón de mi particular cadena de pensamiento, así como de autoconocimiento.