PEC 3- Género y disidencias sexuales

Flores disidentes


 

 

FICHA TÉCNICA

Título

Al desnudo

Fecha

16 de abril del 2025

Lugar

Vilanova i la Geltrú, Barcelona (España)

Autora

Nuria Crrasquilla García

Cámara

Canon EOS600D con objetivo EFS 18-55mm

Soporte de la imagen

Digital

Dimensiones

2989 x 2989 píxeles

Descripción

Despojarse poco a poco de la masculinidad hegemónica para mostrar la piel sin censura.

 

 

 

FICHA TÉCNICA

Título

El grito

Fecha

16 de abril del 2025

Lugar

Vilanova i la Geltrú, Barcelona (España)

Autora

Nuria Carrasquilla García

Cámara

Canon EOS600D con objetivo EFS 18-55mm

Soporte de la imagen

Digital

Dimensiones

3456 X 3456 pixeles

Descripción

El grito de quien sabe que hay otra verdad. La vida que se nos impone. Rebelarse, sin miedo. Donde llegue la voz.

 

 

FICHA TÉCNICA

Título

El abrazo

Fecha

16 de abril del 2025

Lugar

Vilanova i la Geltrú, Barcelona (España)

Autora

Nuria Carrasquilla García

Cámara

Canon EOS600D con objetivo EFS 18-55mm

Soporte de la imagen

Digital

Dimensiones

3287 x 3287 píxeles

Descripción

Abrazar lo que nos es inherente. Mostrar vulnerabilidad no es lo mismo que ser frágil; es ser honesto.

JUSTIFICACIÓN CONCEPTUAL

Con esta serie fotográfica he querido sumergirme en la naturaleza de las nuevas masculinidades. He buscado plasmar la imagen de un hombre joven, delicado y vulnerable, desdibujando la silueta del arquetipo masculino irrompible, ese que por siglos ha cargado con la coraza de la omnipotencia y el desapego emocional. Los hombres jóvenes, los hombres del futuro, no temen abrazar su empatía ni despojarse del miedo a la fragilidad.

Esto me remite al concepto de masculinidad hegemónica que desarrolló R. W. Connell (1995). La define como un modelo dominante de masculinidad basado en la autoridad, la autosuficiencia y el desprecio por lo emocional. Con la realización de estas fotografías, busco mostrar una imagen alternativa: un hombre que no se ajusta a ese ideal normativo, sino que explora nuevas formas de habitar su cuerpo y sus emociones con libertad. Porque, como dice Burke (2005, p. 18), “toda imagen es una interpretación del mundo, no su reflejo.”

Estamos habituados a que la sutileza, la sensualidad y la belleza exquisita formen parte de los cuerpos femeninos, como si la delicadeza fuese un territorio prohibido para el hombre. Pero la ruptura de estos estereotipos no solo es un acto de rebeldía: es la reconstrucción de una identidad más libre, donde lo masculino y lo femenino se entrelazan sin miedo. La estética no es patrimonio exclusivo de la mujer, y permitir que el hombre se adueñe también de la ternura es un acto de justicia, una grieta en la cárcel invisible con la que el patriarcado lo ha oprimido.

Para dar vida a esta idea, he elegido como modelo a mi hermano pequeño. Con él he establecido una especie de “contrato civil”, en el sentido que le da Azoulay: con su figura —y su compromiso— pretendo descubrir esa “historia potencial” de la virilidad (Plasencia, 2022). También, como señala Marcos Miguélez López (2023, p. 51), los retratistas “fotografían sus círculos sociales más cercanos y, de alguna forma, se fotografían a ellos mismos en cada retrato”. En su imagen deposito mis anhelos, no solo para él, sino también para mis hijos varones: que no sientan temor, que no actúen conforme a las expectativas impuestas, que puedan ser sin restricción.

Durante la realización de las fotos, la entrega de mi hermano fue total. No solo se dejó mirar: se dejó descubrir. Creo que, sin saberlo, también él empezó a liberarse de algunas ideas heredadas. Esa complicidad fraterna hizo que las imágenes surgieran de forma honesta y afectiva, sin artificios.

He comprendido que el feminismo, al que siempre he mirado desde mi perspectiva de mujer, también tiene que ver con esta revolución: la de los hombres que quieren vivir sin máscaras. La ternura también es una forma de revolución. Mostrar la vulnerabilidad del hombre joven no es neutral. Como dice Plasencia (2022), “la práctica fotográfica es un modo de intervenir en lo social, de posicionarse políticamente en el espacio de la representación.” Siempre he alzado la voz por la mujer que busca romper el techo de cristal; por aquellas que nos precedieron y por las que vendrán; por la necesidad de dejar de ser “la otra” mitad del mundo. Ahora entiendo que la liberación es un camino compartido, porque todos somos humanidad. Como apunta Plasencia (2022), “la fotografía puede ser un acto político cuando visibiliza lo que ha sido sistemáticamente ignorado”.

Desde lo artístico, me atraen la simplicidad y lo conceptual. Me alejo de los clichés para jugar con metáforas que transmitan (mis) verdades. Las flores, en estas imágenes, no son solo un símbolo de belleza, sino también mi deseo: el derecho de ser uno mismo sin limitaciones. En estas imágenes también hablo de lo que no se dice, de lo ausente, de lo que apenas se intuye. En palabras de Burke (2005, p. 32), “las imágenes no solo muestran lo visible, sino que también revelan ausencias significativas.” Además, al estar en blanco y negro, hago que esa autenticidad sea atemporal o perpetua. La venda es la opresión que nos ata a roles heredados, la mordaza de lo impuesto. El grito, visceral y crudo, es la emoción que se niega a ser reprimida. El cuerpo, desnudo en su verdad, es identidad, es libertad, es poesía. Como señala Miguélez López (2023, p. 50), “la imagen fotográfica no solo representa lo visible, sino que también proyecta el deseo, lo imaginado, lo que está por ser.”

En conclusión, como dijo Manuel Oliveira (Castelló y Maderuelo, 2016, p.182):

La imagen […] se presenta como un aliado del ojo por su capacidad histórica para traspasar esas fachadas, para agitar a la sociedad, para convulsionar el pensamiento y para servir de soporte a nuevas configuraciones visuales completamente ajenas a las fachadas homogeneizadoras de los discursos y los lenguajes dominantes.”

Quizá algún día, mirar a un hombre mostrándose vulnerable no sea un acto disruptivo. Quizá algún día, la ternura y la sensibilidad explícita no tengan género.

JUSTIFICACIÓN FORMAL

Para la realización de esta serie fotográfica he utilizado la cámara réflex Canon EOS 600D con objetivo EFS 18-55mm, ya que es la que tenemos en casa y con la que estoy comenzando esta asignatura para adentrarme en la disciplina fotográfica. He optado por el formato cuadrado porque “ayuda a generar una imagen intimista, dado que […] tiene un tono subjetivo, reforzando el lenguaje” (Art Toolkit, s.f.). Además, al ser un formato simétrico, no hay un orden de contemplación para quien recibe la imagen; todo tiene el mismo valor.

He realizado una serie de retratos porque me interesa poner rostro a esa masculinidad, y me atrae “el uso expresivo y simbólico” (Art Toolkit, s.f.) que puede tener este tipo de fotografía. Además, el uso del semidesnudo es una forma de romper con esa tradición en la que solo se mostraban cuerpos femeninos o de niños desnudos. El cuerpo masculino también es sensual y puede ser una forma de redefinir los géneros, no para diferenciarlos, sino para lo contrario: acercarlos.

El punto de vista utilizado es el ángulo normal o medio, y el ángulo picado (Art Toolkit, s.f.). He usado el primero porque quería transmitir cercanía e igualdad; empatía frente a un sentimiento masculino. El ángulo picado lo he elegido porque siempre hay, de forma soterrada, esa visión de que el hombre que se muestra sin la máscara patriarcal “no vale tanto”. De alguna forma, si hago explícita ese punto de vista, quizá pueda ponerla en evidencia y ayudarnos a dejar de juzgar. En cambio, no hay noción de perspectiva: he evitado poner puntos de referencia porque lo que quería transmitir es que esa “nueva masculinidad” fuera omnipresente. Está en todos lados: ni detrás ni delante de nadie; no se superpone a otros elementos, ni se encuentra entre neblinas. Como la perspectiva es un concepto construido, como decía Mirzoeff, quería eliminar esa construcción, porque es artificio, y la realidad que quiero transmitir existe de forma natural.

Se puede ver en las imágenes que hay una puesta en escena, un instante construido (Castelló y Maderuelo, 2016); de esta forma se enfatiza el mensaje que quiero transmitir. Además, he elegido el blanco y negro como forma de expresión porque quiero otorgarle ese “estatus poético al separarse de un acontecimiento literal” (Art Toolkit, s.f.); es decir, alejarme de la literalidad y jugar con la lírica de la composición, porque los cuerpos masculinos también pueden tener ese halo onírico. De ahí el uso de la clave baja, porque “este tipo de fotografías están iluminadas para no perder detalle de la escena y poder provocar profundas emociones al espectador; transmiten inquietud y dan un tono más intimista a la imagen” (Art Toolkit, s.f.). Para lograr todo esto, he utilizado luz artificial indirecta: la lámpara ya tiene una pantalla que consigue ese efecto; y los focos también son de luz difusa, al ser un aro de luz. Al trabajar con luz difusa y clave baja, se enfatiza esa carga emocional. Porque, como recuerda Senra Barja (2023), “la luz no solo revela formas, también construye emociones”. He trabajado con el esquema Rembrandt, usando dos focos simétricos a 45º para conseguir “eliminar cualquier sombra y que el rostro quede perfectamente iluminado” (Senra Barja, 2023).”

También se podrá observar que he utilizado el movimiento como recurso expresivo. En alguna fotografía ha sido a baja velocidad de obturación, para dar latencia a aquello que quiero trasladar. En la fotografía en la que se quita la camiseta, pretendo mostrar que integrar, aceptar y entender las nuevas masculinidades es un proceso lento —tanto para el hombre como para la sociedad—. En la imagen del abrazo, no hay movimiento, es un gesto estático, para congelar ese instante y que no se olvide: ese gesto de abrazar lo que uno es. En cambio, con la foto del grito, la he realizado con una velocidad más alta de obturación para mostrar el clímax de la emoción.

En definitiva, con esta serie he querido transmitir que el feminismo también va de esto: de la lucha por las libertades de los seres humanos. Todo ello partiendo de una imagen subjetiva, onírica, poética y sensual; atributos históricamente vinculados a lo femenino. Es otra forma de ver la realidad, de filtrarla, de transmitir esa inquietud que, al final, solo proviene de mi punto de vista. Como decía Sigfried Kracauer: “el fotógrafo y el historiador seleccionan la porción de la realidad que quieren mostrar” (Castelló y Maderuelo, 2016), y de ahí mi subjetividad e intención.

CONSTELACIÓN

Constelación


A lo largo de la elaboración del segundo reto he ido concretando los aspectos que definirán la obra. He partido de algo estrictamente académico hacia una propuesta más artística, atravesando una escala de grises.

En el apartado del “archivo”, el eje central es la exploración del arte como herramienta terapéutica. Lo he estructurado en tres bloques principales: referentes artísticos, referentes de pensamiento y referencias conceptuales, todos orientados a enriquecer un proyecto creativo que entrelaza arte, identidad y salud mental.

En el primer bloque, los referentes artísticos seleccionados representan influencias tanto estéticas como conceptuales. Francisco Goya, con sus Pinturas Negras, muestra una visión sombría del mundo interior del artista; mientras que Pablo Picasso, en su Época Azul, transmite dolor y pérdida a través de tonos fríos. Louise Bourgeois introduce la idea del refugio emocional en obras como Guarida articulada, y Lygia Clark propone una experiencia sensorial y terapéutica a través del arte. También incluyo a Carolee Schneemann, que emplea el cuerpo como vehículo expresivo en performances feministas; Krzysztof Wodiczko, quien utiliza el espacio público para abordar el trauma social; Sophie Calle, que explora la intimidad y la percepción sensorial; y Francesca Woodman, cuya fotografía simboliza la identidad y el cuerpo desde un enfoque introspectivo.

En el segundo bloque se presentan los referentes de pensamiento, fundamentales para enmarcar teóricamente el proyecto. El psicoanálisis de Freud, el enfoque simbólico de Lacan y la visión crítica de Foucault sobre la institucionalización de la locura ofrecen una base profunda para repensar la salud mental desde otras perspectivas. Hans Prinzhorn estudia el arte de los enfermos mentales desde la psiquiatría, mientras que Jean Dubuffet valora las expresiones artísticas marginales bajo el concepto de Art Brut. Finalmente, Julia Kristeva introduce la noción del arte como medio de sublimación del sufrimiento, especialmente desde la experiencia femenina.

El tercer bloque se compone de referencias conceptuales clave para el desarrollo del proyecto. La antipsiquiatría cuestiona los tratamientos coercitivos tradicionales y propone métodos más humanitarios. El concepto de identidad se presenta como un hilo conductor del proyecto, entendido como algo mutable, fluido y en constante construcción. La mereología, rama filosófica que estudia las relaciones entre partes y el todo, aporta una mirada estructural. También se incluye el principio de Non Restrain, que propone la abolición de las restricciones físicas en psiquiatría, y la patafísica, como una forma de explorar lo excepcional. Finalmente, destaco la salud mental como ese equilibrio emocional, psicológico y social esencial a lo largo de toda la vida.

El archivo constituye un mapa conceptual y referencial que fundamenta el proyecto artístico, el cual no solo busca expresarse, sino también entender, sanar y resignificar desde el arte.

En el contexto de “relaciones”, se evidencia cómo los pilares en los que se erige mi semilla se entrelazan, compartiendo aspectos que moldean la idea general. Con la imagen de “la cabeza trifásica” se enumeran gráficamente cada uno de los referentes. En cambio, el diagrama de Venn muestra la intersección de los referentes conceptuales, de pensamiento y artísticos, convergiendo todos en el arte como terapia, que es la semilla del proyecto.

El arte y el concepto generan la semiótica del proyecto: los signos que utilizo para tender un puente entre lo racional y lo emocional. El cruce entre lo artístico y los referentes de pensamiento produce el significante: el valor visual que le doy a la obra para activar respuestas emocionales inmediatas. Por su parte, el pensamiento y el concepto construyen la estructura discursiva: lo que dota de sentido al proyecto desde un lenguaje no literal, apelando al reconocimiento y la resignificación de los símbolos personales.

De todo ello, surgen una serie de contextos implicados:

  • Psicológico/proyectivo: permite explorar el inconsciente utilizando el arte como lenguaje.
  • Cultural: no solo ligado a arquetipos universales, sino también a los propios.
  • Biográfico: desde una perspectiva subjetiva, vinculada a mis vivencias.

Lo que pretendo es externalizar emociones profundas, dando una interpretación personal a los conflictos internos, para así transformar el sufrimiento en formas con sentido y belleza.

Toda esta reflexión me ha llevado a identificar dos tipos de constelaciones: una más explícita y otra más tácita o estética. En la primera he podido concretar cada elemento. Hablo de la deconstrucción de la realidad, donde están presentes el realismo y la simbología; de la fenomenología como forma de percibir el mundo, en la que destaco:

  • La escenificación, que representa nuestro lugar en el mundo.
  • El esteticismo, como la belleza subjetiva que otorgamos a los elementos conforman la existencia.
  • La pulsión, entendida como el motor de nuestras acciones en el entorno.

Por otro lado, abordo la latencia como ese sentimiento reprimido del que emergen:

  • La “proyección del yo”, ligada a cómo nos perciben los demás y cómo nos situamos dentro de un grupo. Esta proyección puede ser fiel a nosotros mismos o no.
  • El “inconsciente dominante”, que retoma la teoría freudiana del descentramiento de la identidad y el poder de lo inconsciente sobre el comportamiento.
    • Y dentro de este inconsciente, el “arte como semiótica de la emoción”, ya que existe algo inexplicable que empuja al artista a expresarse. Por ello lo vinculo con la pulsión fenomenológica: el arte no está separado de la vida, forma parte de ella.
Constelación explícita

Finalmente, en la constelación tácita, reúno todo lo anterior de forma más visceral. El arte como terapia es algo de piel, emocional. Por eso me pinto el pecho. El uso del blanco y negro con alto contraste responde a cómo siento, sin matices.

Podemos ver reflejado la “pulsión”, “la semiótica del arte”, los símbolos, mi realidad, cómo veo el mundo y qué lugar ocupo; además, proyecto algo de mí, dominado por mi inconsciente, por lo que recibáis del yo ya no está en mi mano. Al fin y al cabo, cuando algo me emociona, siempre lo hace con intensidad, de ahí la performance.

El vídeo está revertido porque las emociones son cíclicas, un eterno retorno, como diría Nietzsche. De lo turbio puede surgir algo nítido; de las cicatrices, algo bello.

  Constelación tácita

Práctica Final del Taller de Pintura y color

Pública

Revelación Ambivalente



      Antes de mostrar el resultado final de la práctica, me gustaría plantear qué intención he pretendido llevar a cabo con la pintura de esta actividad.

      En el enunciado se especificaba que se debía realizarse teniendo el referente al natural. Esto me llevaba a pensar en la “naturaleza muerta”, que como dice Pepper («Manual del Artista», 2021, p.162) es “un término […] que proviene de la palabra neerlandesa stilleven, que describe una composición de objetos inanimados”. Como si de un primer eslabón se tratara, me hizo pensar en “jugar” con la “inanimación”.

¿Y si lo que muestro también está vivo?

Vivo y muerto a la vez.

      Como cuando una niña ve a un ilusionista es como me siento cuando me cuentan temas sobre la física cuántica: no sé como han llegado a esa conclusión, ni tengo ni idea de física; pero las conclusiones alcanzadas, siempre me producen una admiración total, ya sea por la teoría como por lo que somos/suponemos en el universo.

      Al hilo de todo ello, estar entre lo real-ficticio o vivo-no vivo, me parecía una forma interesante y estimulante de abordar esta práctica. Teniendo en cuenta que a nivel cuántico, el universo es indefinido, así como efímero; me fascina. Como dice Casas en su artículo (2024), el tiempo es una ilusión. Por lo tanto, “el aquí y el ahora” son tan indeterminados como la naturaleza del átomo. Al final, lo más estable son las partículas elementales de las que estamos hechos. Todo lo demás, es fluctuante, fugaz o indefinible —al menos hasta el momento—.

      Quizá toda esta cavilación tenga que ver con aquella raíz nihilista que me brotó en la adolescencia. Pero lejos de estancarse en esa negación absoluta, he ido evolucionando a ese nihilismo moderno en el que la realidad en sí misma solo puede ser objeto de las ciencias naturales. En resumidas cuentas, nuestros sentidos nunca revelan la realidad tal y como es porque están sujetos a otros condicionantes —inherentes a cada individuo— que la transforman o la enmascaran (Gabriel, 2020).

      Así pues, vemos lo que queremos ver. Juzgamos según nuestra educación, experiencia y traumas. Somos reflejo de aquello a que aspiramos ser; o incluso, de lo que detestamos. Somos espejo para quienes nos toman como referente vital. Llevamos carga, así como responsabilidad y deseo. Somos continente de hormonas, conexiones, minidescargas eléctricas; somos quimera, ilusión y fatiga; y después de todo, somos nada.

 

2025. Óleo sobre lienzo. 73×60 cm

 

Proceso creativo:

 

 

 

Detalles:

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

      La práctica final del Taller de pintura y color ha sido ponerme ante el espejo en varios sentidos. Uno de forma literal y otra metafórica.

      Nunca había pintado un óleo al natural y mucho menos un autorretrato. Ponerme ante el espejo, estudiarme en movimiento, conocer bien mis pliegues mientras me escudriño mis propias imperfecciones… Ha sido catártico. Sé que quizá ha sido una proposición de referente bastante ambiciosa, pero me guié por el concepto que quería plasmar, vivo-no vivo; sino, no tendría sentido. Me he dado cuenta, que cuando tengo una idea, priorizo el mensaje más que los medios o las formas. Eso tiene una doble cara; pero que inherentemente me impone un aprendizaje continúo, y lo agradezco.

      Ha sido estimulante el concretar el referente, tener en cuenta las condiciones ambientales que interferían en el reflejo y cómo debía plasmarlo sobre el lienzo. Repasar detalles una vez terminado, porque ves que cuando estás sumergida en la pintura, hay cosas que se te escapan porque pintas para acercarte al concepto, es lo que te importa. Después, en frío, detallas para que al código no le falte ni una coma.

      Mirarme al espejo en sentido metafórico significa ver qué es lo que no hacía bien o qué podía mejorar, examinarme, analizarme para aprender. Es como cuando empiezas a ir al gimnasio y al día siguiente te duelen hasta las pestañas, tienes agujetas. A medida que vas ejercitando el músculo, se va tonificando y ya no tienes tanta molestia. Algo así sería el reaprender en el óleo. He incorporado muchas novedades en mi forma de hacer que supondrán un esfuerzo consciente para aprehenderlas; pero una vez lo haga, habré alcanzado lo óptimo.

     El título de la obra, “Revelación ambivalente”, viene dado por lo que he estado comentando anteriormente y por la conceptualización que le di a la obra antes de concretarla: la materia como algo indeterminado, que es y no es a la vez, somos Partículas elementales como diría Houllebecq1 .

1Michel Houllebecq (1999) Partículas Elementales. Editorial: Anagrama. ISBN:978-84-339-6895-1 . Es mi libro favorito y que leí en la adolescencia. Es el primer eslabón de mi particular cadena de pensamiento, así como de autoconocimiento.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

PEC4 – Obra en acrílico

PEC4                                     La máscara de Atman


Hola, clase:

He pensado en colgar el resultado final de la obra propia porque, ya que hemos compartido – en la primera entrega parcial- parte del proceso, pensé que estaría bien mostrarla. A mí también me gustaría ver las vuestras para así hacer una especie de galería virtual.

En primer lugar, os muestro las imágenes de referencia que he utilizado

Fotomontaje de máscara-iceberg.
Imagen posterizada con Gimp

 

 

 

 

 

 

 

 

 

A continuación os dejo la paleta con reducción cromática digital y como la extrapolé a matices reales. Al final dupliqué la cantidad de color porque sentí que el cuadro perdía sentido:

 

Paleta reducida a 8 colores digitales
Paleta utilizada para la composición

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Obra finalizada:

 

Detalles:

Proceso creativo:

 

Aquí os lo dejo con el objeto de referencia:

 

Al final he titulado la obra La máscara de Atman porque Atman, en la filosofía hindú, significa “esencia, ser”. Esta filosofía lo identifica como el principio por el que se alcanza la liberación tras el autoconocimiento. Este autoconocimiento tiene que ver con el del propio ser. Lo que Freud, hablaba del Superyó como aquella parte en la que confluyen todas las circunstancias, aprendizajes, memorias, vivencias, experiencias, condiciones, … que nos hacen ser, nuestra esencia.

 

 

Bueno, eso es todo. Espero ver también vuestros trabajos 🙂

Un saludo y ¡feliz año!

 

 

Proyecto final

La introspección de la mirada


 

Aquí presento el resultado final de mi proyecto personal.

Creí conveniente realizar un prólogo o preámbulo al proyecto. Hacer una antesala poética. Como cuando te sumerges en el agua: antes coges una bocanada de aire para aguantar el máximo de tiempo bajo ella. Ahí dentro, el tiempo es más lento, al igual que los movimientos y puedes retener con más facilidad aquello que sientes. Pues siguiendo esta metáfora, creí que la inspiración de aire sería un poema visual que nos adentre en el concepto del proyecto. En él se leen una líneas dispuestas de tal forma que recuerdan la figura humana. Si se leen sin tener en cuenta el “reflejo” se puede interpretar como la mirada ajena y propia, su juicio y el proceso de validación en una situación extra-corpórea. En cambio, si se tiene en cuenta el reflejo, se puede interpretar como un proceso de autoconocimiento y autoestima que navega en el interior de uno mismo. En su conjunto, se consigue una relación sinalagmática: no tiene sentido el uno sin el otro.

Preámbulo visual

 

 

 

Para  poder realizar la proyección, necesitaba la secuencia de parpadeo.

 

 

 

 

 

Finalmente, realicé un videoclip con las imágenes recogidas de las proyecciones: primero soy yo en mi habitación y las siguientes son en exterior. La canción reproducida es Ojos del grupo Los Suaves. Hay unos versos en la canción que se refieren a los mismo que reflejé en la primera entrega parcial de la Práctica. Eran los rezados en Proverbios y cantares de Machado:

 

El ojo que ves no es

ojo porque tú lo veas

es ojo porque te ve.”

 

 

 

Así pues, aquí os dejo con el video:

 

 

 

Gracias por el semestre vivido

¡Nos leemos por las aulas!